Cementerio de Punta Arenas, uno de los más bellos de Chile
Por: Hernan Claro - 6 octubre, 2024
Capital de la Región de Magallanes, Punta Arenas está llena de lugares mágicos. Con ocasión del Día de Todos Los Santos, en Chile Travel quisimos destacar uno de los destinos más conocidos de la ciudad: el Cementerio Municipal.
Entre los distintos atractivos turísticos de Punta Arenas está su Cementerio Municipal, lugar lleno de historia que fascina tanto por su arquitectura como por las leyendas que lo rodean.
Reconocido internacionalmente, el camposanto destaca por sus impresionantes avenidas, donde los cipreses europeos y los espacios abiertos rodean los mausoleos y las tumbas, con influencia de distintas nacionalidades y creencias.
Historia del Cementerio de Punta Arenas
La construcción del Cementerio de Punta Arenas se enmarca en la migración europea que tuvo lugar en Magallanes a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX. Este fenómeno fue impulsado por la búsqueda de oro, la crianza masiva de ovejas, los servicios navieros y los beneficios otorgados por las autoridades de la época.
La inauguración del cementerio se remonta a 1894. Debido a que el antiguo cementerio, emplazado en lo que hoy es la Plaza Lautaro, había quedado pequeño, el gobernador Manuel Señoret adquirió un terreno al norte de la ciudad para establecer un nuevo camposanto.
Cómo llegar al Cementerio de Punta Arenas
Qué ver en el Cementerio de Punta Arenas
Foto: Banco audiovisual de Sernatur
La historia del indio desconocido
Foto: Banco audiovisual de Sernatur
Según una investigación local, la historia del indio desconocido se remonta a 1929, cuando la goleta Manolo llegó a la isla Cambridge para la extracción de un bloque de mármol. Dos tripulantes quedaron de guardia para vigilar el yacimiento mientras se diseñaba la forma de extraerlo: el ruso M. Kravient y el chileno David Leal.
Acorde a la indagatoria, ambos fueron atacados por una banda de alacalufes. Leal murió, mientras que Kravient logró escapar y luego guió al resto de la tripulación al campamento. Allí estaba el cadáver de Leal junto a un indio perfectamente sentado, vestido con ropa que el ruso había dejado al escapar.
Tras la autopsia se determinó que el indio no tenía herida alguna y se supuso que murió por inmersión, tras lo cual se le enterró sin lápida. Diez años después, un desconocido dejó en su tumba una placa con la leyenda “indio desconocido”, dando inicio al culto de ofrendas populares
En los sesenta se arregló la tumba y se colocó la estatua, mientras que el poeta José Grimaldi aportó el epitafio: “El Indio Desconocido llegó desde las brumas de la duda histórica y geográfica y yace aquí cobijado en el patrio amor de la chilenidad”.