San Pedro de Atacama
Culturas ancestrales y viajeros de todo el mundo se mezclan en este antiguo pueblo con calles de tierra y casas de adobe.
Visita la antigua plaza para conocer las costumbres de sus habitantes. Entrégate al paso calmado de su gente y no te pierdas su añosa iglesia. Empápate del arte local, en el Pueblo de Artesanos y déjate seducir por las propuestas gastronómicas locales e internacionales de sus restaurantes.
Interesantes tours te permitirán explorar los múltiples atractivos de la zona: géiseres activos, lagunas que destacan por sus intensos colores y deslumbrantes salares. Recorre el desierto en bicicleta o disfruta del valle de la Luna.
Una vez caída la noche ¡qué mejor que disfrutar las infinitas estrellas que tintinean sobre el desierto más árido del mundo!
Prob. de precipitaciones: 2%Humedad: 35% Viento: a 10 km/h.
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Explora los encantos San Pedro de Atacama
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Chiu Chiu
Parada obligada de turistas que siguen el “camino del Inca”, es un oasis de sombra en medio del desierto. Habitado por comunidades atacameñas, su ritmo pausado es solo interrumpido por fiestas religiosas que, dependiendo del patrono, incluyen challa, harina o chicha de algarrobo.
Prueba las típicas preparaciones culinarias del norte del país y no dejes de visitar la antiquísima Iglesia de San Francisco, construcción que data de 1.600. Es la más antigua en Chile y fue levantada con milenarias técnicas indígenas. Entra y maravíllate: está hecha de adobe y madera de cactus. -
Geiser del Tatio
Levántate de madrugada para disfrutar del espectáculo protagonizado por los cráteres de El Tatio apenas sale el sol. Ubicados a 4.200 metros de altura, sus fumarolas crean impactantes columnas blancas de vapor que logran su mayor esplendor entre las 06:00 y 07:00 am.
Aprovecha tu paseo matutino y observa cómo salen de sus escondites vizcachas, vicuñas, ñandúes y otras aves, que buscan su desayuno entre llaretas y cactus gigante. ¿Cansado? Termina el día en las sanadoras aguas termales que ofrece el destino. -
Salar de Atacama
Escenario de múltiples sorpresas, la laguna de sal de tres mil kilómetros cuadrados es un espectáculo sin igual. Hogar de aves andinas y una gran reserva de litio, su gruesa costra forma cúmulos que crujen al atardecer, mientras las temperaturas descienden rápidamente.
El Salar de Atacama es uno de los máximos atractivos de la Reserva Nacional Los Flamencos. Maravíllate con el gran número de pájaros de largas extremidades que anidan y se alimentan en sus “ojos de agua”, como la laguna Chaxa. Abre bien los ojos, y descubre las diferencias entre los flamencos andinos, chileno y el de james. -
Toconao
Apacible, de arquitectura colonial típica, pero llena de detalles que la hacen única, el poblado de Toconao invita al relajo. Caracterizado por sus construcciones de piedra volcánica, la iglesia que data de 1.744 y el campanario San Lucas son un reflejo de las bondades de este rústico material.
Recorre su plaza y compra un suvenir en los puestos cercanos a ella, donde los tejidos en lana de alpaca y miniatura del campanario en piedra te encantarán. Prueba sus ricas frutas, membrillos, higos, brevas y damascos de la quebrada de Jere, serán un deleite para tu paladar. -
Lagunas Altiplánicas
Aguas de azul intenso y orillas blancas que reciben gran variedad de aves, las lagunas de Miscanti y Miñiques son un regalo de la naturaleza. Ubicadas al interior de la Reserva Nacional Los Flamencos, a más de 4 mil metros de altura, contrastan mágicamente con los cerros nevados que las rodean.
Mezcla de desierto, montañas y hielo, es el sitio ideal para la fotografía y observación de especies. Ya en el altiplano, intérnate aún más en su inmensidad hasta el salar de Aguas Clientes, donde encontraras la desolada laguna Tuyaito de un color perla difícil de volver a encontrar. -
Reserva Nacional Los Flamencos
En la inmensidad del desierto nacen lagunas, salares y montañas que se entrelazan con el paisaje creando escenarios mágicos.
La Reserva Nacional Los Flamencos te invita a observar la belleza del paisaje que la rodea. Las distintas condiciones climáticas de sus siete sectores te sorprenderán mientras te conectas con el entorno. Conoce su variedad de flora y fauna, donde los flamencos son los protagonistas del lugar.
Recorre los senderos que bordean las espectaculares lagunas altiplánicas, descubre el Centro Turístico Chaxa y observa el sol ocultarse tras el valle de la luna. -
Valle de la Luna y de Marte
Las extrañas formaciones rocosas y las dunas del Valle de la Luna, los cambiantes colores del Valle de Marte y de la Cordillera de la Sal son un atractivo que no puedes dejar de presenciar en el Desierto de Atacama. De noche, ambos lugares se transforman en el mejor escenario romántico para observar las estrellas.
Ubicados a pocos minutos de San Pedro de Atacama, puedes acceder a estos místicos parajes en bicicleta, recorrerlos en un trekking y disfrutar de sus dunas practicando sandboard. Visítalos e inmortaliza en tu memoria las sobrecogedoras sombras que regala el desierto.
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Salar de Tara
Descubre el Salar de Tara ubicado a 150 km al oeste de San Pedro de Atacama y 4.300 m.s.n.m en la Reserva Nacional Los Flamencos.
Sorpréndete con los monjes de la Pacana, dos formaciones rocosas moldeadas de forma caprichosa por la erosión del viento que se erigen como guardianes del Salar de Aguas Calientes.
Visita la Catedral de Tara, una majestuosa barrera rocosa en medio del desierto que alguna vez fue parte de una gran caldera volcánica. Encuéntrate con la fauna altiplánica: vicuñas, zorros culpeos, gaviotas andinas, llamas, vicuñas, chorlos de la puna, patos jergón y flamencos. -
Termas de Puritama
Las Termas de Puritama son pozones escalonados de aguas calientes sulfurosas y ricas en minerales que ayudan a relajarse en un entorno natural inigualable rodeado de cardones y cáctus milenarios de grandes alturas.
La temperatura del agua varía entre los 25º a 30ºC en cualquier época del año, y se caracterizan por sus propiedades curativas que ayudan al reumatismo y al estrés. Por muchos años las Termas de Puritama estuvieron reservadas sólo para los locales, pero hoy en día cuenta con una infraestructura básica con pasarelas de madera y camarines para todos los turistas.
Parada obligada de turistas que siguen el “camino del Inca”, es un oasis de sombra en medio del desierto. Habitado por comunidades atacameñas, su ritmo pausado es solo interrumpido por fiestas religiosas que, dependiendo del patrono, incluyen challa, harina o chicha de algarrobo.
Prueba las típicas preparaciones culinarias del norte del país y no dejes de visitar la antiquísima Iglesia de San Francisco, construcción que data de 1.600. Es la más antigua en Chile y fue levantada con milenarias técnicas indígenas. Entra y maravíllate: está hecha de adobe y madera de cactus.
Levántate de madrugada para disfrutar del espectáculo protagonizado por los cráteres de El Tatio apenas sale el sol. Ubicados a 4.200 metros de altura, sus fumarolas crean impactantes columnas blancas de vapor que logran su mayor esplendor entre las 06:00 y 07:00 am.
Aprovecha tu paseo matutino y observa cómo salen de sus escondites vizcachas, vicuñas, ñandúes y otras aves, que buscan su desayuno entre llaretas y cactus gigante. ¿Cansado? Termina el día en las sanadoras aguas termales que ofrece el destino.
Escenario de múltiples sorpresas, la laguna de sal de tres mil kilómetros cuadrados es un espectáculo sin igual. Hogar de aves andinas y una gran reserva de litio, su gruesa costra forma cúmulos que crujen al atardecer, mientras las temperaturas descienden rápidamente.
El Salar de Atacama es uno de los máximos atractivos de la Reserva Nacional Los Flamencos. Maravíllate con el gran número de pájaros de largas extremidades que anidan y se alimentan en sus “ojos de agua”, como la laguna Chaxa. Abre bien los ojos, y descubre las diferencias entre los flamencos andinos, chileno y el de james.
Apacible, de arquitectura colonial típica, pero llena de detalles que la hacen única, el poblado de Toconao invita al relajo. Caracterizado por sus construcciones de piedra volcánica, la iglesia que data de 1.744 y el campanario San Lucas son un reflejo de las bondades de este rústico material.
Recorre su plaza y compra un suvenir en los puestos cercanos a ella, donde los tejidos en lana de alpaca y miniatura del campanario en piedra te encantarán. Prueba sus ricas frutas, membrillos, higos, brevas y damascos de la quebrada de Jere, serán un deleite para tu paladar.
Aguas de azul intenso y orillas blancas que reciben gran variedad de aves, las lagunas de Miscanti y Miñiques son un regalo de la naturaleza. Ubicadas al interior de la Reserva Nacional Los Flamencos, a más de 4 mil metros de altura, contrastan mágicamente con los cerros nevados que las rodean.
Mezcla de desierto, montañas y hielo, es el sitio ideal para la fotografía y observación de especies. Ya en el altiplano, intérnate aún más en su inmensidad hasta el salar de Aguas Clientes, donde encontraras la desolada laguna Tuyaito de un color perla difícil de volver a encontrar.
En la inmensidad del desierto nacen lagunas, salares y montañas que se entrelazan con el paisaje creando escenarios mágicos.
La Reserva Nacional Los Flamencos te invita a observar la belleza del paisaje que la rodea. Las distintas condiciones climáticas de sus siete sectores te sorprenderán mientras te conectas con el entorno. Conoce su variedad de flora y fauna, donde los flamencos son los protagonistas del lugar.
Recorre los senderos que bordean las espectaculares lagunas altiplánicas, descubre el Centro Turístico Chaxa y observa el sol ocultarse tras el valle de la luna.
Las extrañas formaciones rocosas y las dunas del Valle de la Luna, los cambiantes colores del Valle de Marte y de la Cordillera de la Sal son un atractivo que no puedes dejar de presenciar en el Desierto de Atacama. De noche, ambos lugares se transforman en el mejor escenario romántico para observar las estrellas.
Ubicados a pocos minutos de San Pedro de Atacama, puedes acceder a estos místicos parajes en bicicleta, recorrerlos en un trekking y disfrutar de sus dunas practicando sandboard. Visítalos e inmortaliza en tu memoria las sobrecogedoras sombras que regala el desierto.
Descubre el Salar de Tara ubicado a 150 km al oeste de San Pedro de Atacama y 4.300 m.s.n.m en la Reserva Nacional Los Flamencos.
Sorpréndete con los monjes de la Pacana, dos formaciones rocosas moldeadas de forma caprichosa por la erosión del viento que se erigen como guardianes del Salar de Aguas Calientes.
Visita la Catedral de Tara, una majestuosa barrera rocosa en medio del desierto que alguna vez fue parte de una gran caldera volcánica. Encuéntrate con la fauna altiplánica: vicuñas, zorros culpeos, gaviotas andinas, llamas, vicuñas, chorlos de la puna, patos jergón y flamencos.
Las Termas de Puritama son pozones escalonados de aguas calientes sulfurosas y ricas en minerales que ayudan a relajarse en un entorno natural inigualable rodeado de cardones y cáctus milenarios de grandes alturas.
La temperatura del agua varía entre los 25º a 30ºC en cualquier época del año, y se caracterizan por sus propiedades curativas que ayudan al reumatismo y al estrés. Por muchos años las Termas de Puritama estuvieron reservadas sólo para los locales, pero hoy en día cuenta con una infraestructura básica con pasarelas de madera y camarines para todos los turistas.