Javiera Pinto: «Para mí, el freediving es más que un deporte, es una sanación»
Por: Hernan Claro - 14 febrero, 2024
Javiera Pinto es récord nacional de profundidad, llegando a descender a 71 metros bajo el nivel del mar en 2023. Protagonista de Extremas, la apneísta nos habló sobre su método para controlar la respiración y nos explicó la libertad que siente al sumergirse.
Aunque es nacida en Santiago, Javiera Pinto llegó a Los Molles (Región de Valparaíso) a los seis años. Allí descubrió su pasión por el buceo en apnea o «freediving», disciplina que le ha permitido viajar por el mundo y en la cual tiene varios récords nacionales.
Mientras se prepara para nuevas competencias, Javiera fue protagonista de un episodio de Extremas, sumergiéndose en la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt. Acá nos contó sus sensaciones al momento de grabar el episodio y reflexionó en torno a la relación cuerpo y mente que requiere la disciplina.
Extremas es la nueva web serie de Chile Travel, donde deportistas chilenas cuentan sus historias de esfuerzo tras importantes logros conseguidos en disciplinas deportivas y cómo conectan con ciertos destinos y territorios de Chile.
¿Cómo fue la grabación de Extremas?
Fue una experiencia enriquecedora, porque estaba teniendo muchos problemas para ecualizar -que es pasar aire de la nasofaringe al oído medio para compensar el tímpano y poder descender en profundidad- y eso me estaba produciendo mucha frustración.
Por eso, la grabación fue como un ‘refresh’ para mí, como si me hubiese vuelto a reencantar con el freediving y conmigo misma, de dejar un poco la frustración de tantos intentos fallidos. Al ser un deporte tan mental, ese ‘refresh’ sirvió para proseguir y planificar mi plan de entrenamiento.
¿Cómo definirías la libertad al sumergirte?
Lo que uno siente es algo muy personal. Todos tenemos un mundo, somos seres individuales y tenemos muchas experiencias de vida.
Sin embargo, en mi caso -y es algo que se repite en las conversaciones con otros freedrivers- me siento libre al bucear en apnea. Bajo el agua, te sientes muy cómoda y no necesitas de ningún aparato externo.
Lo que yo siento, es como si tuviese un espacio para mí, y que ese espacio es mi derecho de estar. Y también, con mucha humildad, de sentirme contenida por la mar. Esa es una sensación de sanación, de libertad y de contención muy exquisita.
¿Cómo fue bucear en la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt?
La reserva es espectacular, porque hay muchísima interacción con la fauna. En eso, el freediving es una ventaja, porque al no tener aire externo, no se liberan burbujas, entonces los animales se te acercan más.
Tener la posibilidad de bucear, en una bajada profunda, en un lugar tan mágico, de tanta fauna, de tantas algas, es muy enriquecedor e increíble.
¿Cómo manejas la concentración al momento de sumergirte?
En el autocontrol no hay una sola forma de hacer las cosas. La manera que tengo de contenerme es distinta a la que puede tener otra persona. Y eso algo súper importante, porque lo ocupo mucho en la enseñanza del freediving. Uno puede tomar pautas estudiadas, pero es algo muy flexible porque cada persona es distinta.
La clave es la relajación. ¿Cómo yo la busco? Primero, es indispensable no pensar que no estoy respirando, sino pensar en lo que tengo que hacer en ese momento presente.
Cuando estoy descansando en la respiración previa, usó recursos como ir a mi lugar feliz, o pensar en personas, como mi compañera de boya, que me producen relajo. También agradecer a mis creencias antes de bajar. Son recursos que cada apneísta va aprendiendo según lo que le sirva.
¿Y cómo enfrentas el nerviosismo?
En el apnea, tenemos la contraposición de que las competencias nos producen nerviosismo en general. Y nosotros queremos hacer que predomine el sistema nervioso parasimpático para así mantener el estado de relajo, y así no consumir más oxígeno.
Cuando voy en la bajada, solamente pienso en lo que estoy haciendo en el momento presente. Por ejemplo, si tengo que hacer una maniobra, o si tengo que contar el número de patadas.
Ahora, vienen inseguridades y es normal. Pero yo solamente dejo que entren y pasen para que salgan. Si siento una inseguridad, una ansiedad o un miedo muy grande antes de bajar, entonces dejo que me acompañen y bajen conmigo, para que se vayan acoplando y relajando también.
El autocontrol es algo muy bonito, no solamente para el deporte, sino que para cualquier cosa en la vida. Para dejar de respirar, primero tengo que aprender a respirar bien, y usar recursos que me permitan maximizar mi buceo. Respirar bien es una de las claves del quehacer humano.
¿Qué le dirías a quienes tienen ganas de hacer buceo y no se atreven?
Les diría que a gran cantidad de personas nos pasa eso. Y es algo súper normal. Muchas veces en competencias yo siento miedo y ansiedad, es frecuente. Entonces, atreverse es ir con la ansiedad y no tratar de hacerlo, sino solamente hacerlo.
Para mí, el freediving más que un deporte, es un estilo de vida, es sanación y autoconciencia, es poder interactuar con otras personas que gozan con este bello deporte. Y es la posibilidad de tener una conexión especial con el medio acuático, con sus animales.
Todos venimos del agua, eso está científicamente comprobado, lo más natural para nosotros es estar debajo del agua y hay un reflejo mamífero de inmersión que lo demuestra. Venimos de la mar, entonces es solamente reencontrarnos con nuestro origen. Es algo muy bello.
