Mágicos Ascensores de Valparaíso: Tesoros Patrimoniales
Por: Chile Travel - 27 agosto, 2021
La vista de Valparaíso es inconfundible y explica en parte por qué es una de las ciudades de Chile que más turistas recibe, sin duda atraídos por el espectáculo de sus coloridas colinas pobladas de miles de calles y casas, a las cuales se pueden acceder a través de los hermosos ascensores de Valparaíso.
En el siglo XIX, antes del Canal de Panamá, el comercio transformó a Valparaíso en un gran centro industrial. La ciudad se hizo pequeña y hubo que subir los cerros para construir casas, por lo cual la creación de nuevos accesos se volvió clave. Los clásicos ascensores o funiculares de Valparaíso fueron una rápida solución a esta situación y una forma masiva de traslado entre distintos sectores de empinados cerros.
Los ascensores de Valparaíso forman parte del sistema de transporte urbano utilizado cotidianamente por sus habitantes y constituyen una construcción tradicional que representa un patrimonio cultural e industrial vivo, parte de una ciudad que fue escogida Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2003.
Quienes han usado este pintoresco medio de transporte urbano, guardan en su memoria la mágica experiencia de elevarse sobre hermosas vistas de la bahía de Valparaíso acompañados por el bamboleo y el crujido de las máquinas bien conservadas que te llevan hasta la estación superior.
A partir del año 1880 comenzaron a construirse los ascensores, acompañando el rápido desarrollo de la importante ciudad-puerto de Valparaíso. En su momento, los que llegaron a ser 31 ascensores, facilitaban la vida y el intercambio de los porteños.
Con robustas máquinas importadas de Europa, las que en su mayoría pueden ser observadas y apreciadas en las salas de máquinas abiertas para los visitantes, existen en la actualidad 16 de estas maravillas técnicas en funcionamiento
Estos ascensores son tesoros patrimoniales chilenos y en esta pequeña selección que te presentamos, hay algunos de los más insignes de este clásico modo de transporte porteño.
El Peral, de la Plaza de la Justicia al Paseo Yugoslavo
En 1901, se inauguraba este emblemático ascensor que conecta la Plaza de Justicia (frente a la Plaza Sotomayor) en el plan de la ciudad, con el Paseo Yugoslavo, ubicado en el Cerro Alegre.
Inicialmente en manos privadas, este ascensor con una pendiente de casi exactos 45 grados fue el primero de la ciudad en contar con un motor a vapor, y en sus inicios era muy utilizado por los colonos extranjeros que vivían en los cerros concepción y Alegre.
Británicos y alemanes se establecieron en gran número durante la segunda mitad del siglo XIX, llegando a ser de 20.000 ciudadanos en el puerto. Esta potente influencia se refleja hasta nuestros días en la arquitectura de casas y edificios, así como en el nombre calles y plazas de los cerros Alegre y Concepción.
El ascensor El Peral te conduce al Paseo Yugoslavo, donde se ubica el Palacio Baburizza, sede del Museo Municipal de Bellas Artes de Valparaíso.
Desde allí puedes emprender la bellísima y colorida ruta de Street Art que te lleva a su vecino ascensor, el Reina Victoria.
Reina Victoria, el más «alegre» de los ascensores
Ubicado en el Cerro Alegre, el Reina Victoria se construyó en 1902 y se inauguró en 1903 y fue así nombrado en honor a la reina británica que fallecía un año antes, en 1901.
Su estación base, en el plano de Valparaíso, se encuentra próxima a la plaza Aníbal Pinto, punto emblemático de la ciudad, en cuyos alrededores también apreciarás numerosas muestras de Street Art.
El ascensor, con una pendiente de 52 grados, es el de trayecto más corto entre todos los ascensores porteños, pero uno de los más interesantes, ya que sus rieles están apoyados en el mismo cerro y afianzados por durmientes o traviesas. En sus inicios, el ascensor funcionaba con un sistema de balanzas de agua, que sería luego reemplazado por un motor eléctrico.
La estación superior se ubica en una extraordinaria plataforma-plazoleta, que conduce por un puente de madera y en medio de los trabajos de artistas callejeros de renombre, al paseo mirador Dimalow, con sus modernos y elegantes hoteles-boutiques.
Desde la salida de la estación superior del ascensor Reina Victoria se aprecia el vecino Cerro Concepción y la iglesia luterana de La Santa Cruz. El paseo Dimalow termina en la calle Almirante Montt, que conduce a la iglesia anglicana de San Pablo, límite de inicio del cerro Concepción.
Cordillera, el mas antiguo en funcionamiento
El ascensor Cordillera es el segundo funicular que se construyó en Valparaíso, a fines del siglo XIX. Este largo ascensor de 60 metros es acompañado en paralelo por una colorida escalera por la que suben y bajan los más valientes y atléticos.
¡Su pendiente llega a los 70 grados!
Inaugurado en 1886, el ascensor Cordillera se construyó para dar respuesta a la intensa actividad comercial del sector del puerto durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX. El actual ascensor, construido 8 años después, en 1894, corresponde a una reconstrucción del original, destruido por un incendio.
Artillería, para llegar a la «República Independiente de Playa Ancha»
El ascensor Artillería fue el tercero que se construyó en Valparaíso. Al comienzo muy rudimentario, con un notorio desnivel en su trayecto al llegar a la estación superior, fue inaugurado el 29 de diciembre de 1892, pero en realidad fue puesto en marcha solo un año más tarde, debido a la falta de agua para hacer funcionar la maquinaria.
Dada la alta demanda del ascensor que comunicaba con la zona de Playa Ancha, tan particular y aislada de la ciudad que sus habitantes realizaron un trabajoso proyecto de mejoramiento del primitivo ascensor, por lo que el Artillería terminó convertido en el único sistema de ascensores de la ciudad con dos pares de rieles y dos salas de máquinas independientes.
Es el ascensor más panorámico de la ciudad, con la entrada a su estación baja frente a la Plaza Wheelwright, a un costado del Edificio de la Aduana. Su estación superior se ubica en el Paseo 21 de mayo, con su glorieta o quiosco sobre pilotes y sus artesanos y artistas callejeros frente a la ex Escuela Naval, convertida actualmente en el Museo Naval y Marítimo.
Su largo total es de 175 metros, con una pendiente de 27, 5 grados y un desnivel de 80 metros. En un momento llegó a transportar hasta 50 pasajeros, siendo también el de mayor capacidad en la ciudad, pero actualmente cuenta con una capacidad máxima para 12 personas.
Polanco, el único «verdadero» ascensor
El Polanco es el único ascensor de los 16 en funcionamiento de la ciudad que se mueve verticalmente, mientras el resto son de tipo funicular.
Dentro de sus características más llamativas están sus accesos, dados por la misma condición vertical de su funcionamiento: su entrada baja es a través de un túnel de 150 metros. Su entrada alta es la conexión con el cerro por medio de un puente de 48 metros de largo.
Su única cabina sube verticalmente por 60 metros al corazón del cerro Polanco y luego atraviesa el centro de una torre para salir a una terraza panorámica que ofrece una de las vistas más extraordinarias de la bahía de Valparaíso.