
La economía chilena es abierta, con normas claras y estables, lo que ha permitido tener un crecimiento equilibrado y sostenido en el tiempo. En un reporte de The Economist Intelligence Unit, Chile tiene el mejor ambiente de la región para hacer negocios y se ubica dentro de los 20 países a nivel global. Chile destaca frente al resto de los países por la efectividad de sus políticas, la fuerza laboral e infraestructura. La fortaleza y estabilidad de sus sistemas bancarios y financieros han generado altos índices de credibilidad en los mercados extranjeros, lo que ha permitido que grandes empresas quieran invertir en el país, mejorando el acceso a bienes y servicios para toda la población.